ROBstorias de Amor: ´´UNA BELLA HISTORIA´´, Capítulo N°24

Por: Mixxx

Días después…

… Como dije antes los acontecimientos con respecto a Henry, volvieron a punto muerto. Su desaparición sigue siendo un completo misterio. Lo mismo que el paradero de mi hermana.

A pesar de todo esto, lo que podría ser muy beneficioso para mí, se ha convertido en una tortura. Richard ha vuelto a ser el mismo hombre arrogante y frío del comienzo. Con la diferencia que ahora ni siquiera me habla. He tratado de encontrarme con él en varias ocasiones y así entablar una conversación. Es más, he intentado en un par de veces, poder contarle mi verdad. Pero el claramente, me rehuye. 

Cada vez que llego a una habitación en donde él se encuentre, de inmediato se para de su asiento, y aduce a que tiene algo que hacer.

Con su padre y con el niño el trato es distinto. A ellos si les habla y los trata con cariño. Solo nos ha acompañado a almorzar y a cenar en un par de ocasiones. Ni hablar de contar con su presencia a la hora del té…

… Su frialdad es solo conmigo… No sé a qué horas llega o se marcha. Tampoco ha vuelto a trabajar en su oficina dentro de la casa. Cuando he preguntado por él. Sir Arthur me dice que se encuentra muy ocupado con su trabajo y que está ayudando a Samantha, con los últimos preparativos del evento de caridad, que se han visto retrasados, por los imprevistos del viaje.

Con mucha tristeza me he dado cuenta, que mi vida sin Richard dentro de esta casa, es completamente vacía. Ni siquiera he vuelto a cocinar… Cosa que a sir Arthur lo tiene muy extrañado.

Entonces respiro profundo y me armo de valor. Esta es mi verdadera realidad; De todas maneras… pase lo que pase… Richard Welleslley… nunca será mi… Pienso, mientras el vapor del agua caliente penetra mis poros y me relaja.

 Completamente desnuda, descanso sobre las piedras que están sumergidas en forma natural, en el delicioso estanque de agua termal, que se encuentra casi al final de la propiedad de los Welleslley. Sir Arthur me habló de él, apenas llegué a esta casa. Cuando me contó la historia de la ciudad y el porqué, se llama Bath. Él me dijo que cuando los antiguos romanos llegaron a estas tierras, se dieron cuenta de las propiedades que tenían estas aguas. Entonces construyeron piletas en distintos lugares de la ciudad. Y por suerte a la familia Welleslley, les tocó este estanque natural dentro de sus terrenos. También me dijo que todas las mujeres que han habitado esta casa, han recurrido a él para incrementar su belleza, ya que estas aguas son excelentes para mantener una piel delicada y perfecta.

… Estos días he venido muy seguido acá. La soledad y las aguas cálidas, hacen que me sienta más tranquila. La mansión sin la presencia de Richard es como si estuviera vacía… También tengo que admitir, que me muero de celos, cada vez que escucho a la señora Jones con Sara, cotillando en la cocina, sobre la nueva proximidad de Richard y Samantha.. Siento mucha rabia, cuando ellas comentan de lo hermosa que es la señorita Foxley y la magnífica pareja que hacen los dos.

 Me dan ganas de gritarle a ambas, que esa mujer es una zorra, y lo más espectacular que ha hecho en su vida, es engañar a Richard con su mejor amigo…

También, me gustaría decirles, que apostaría, a que Richard jamás la ha besado… y ha sido tan apasionado, como lo fue conmigo en París… pero no puedo…

… Así que cada tarde vengo a este lugar, solo para estar en compañía de mis pensamientos y mis recuerdos.

Cierro los ojos y vuelvo a pensar en los labios de Richard…  Siento como la punta de su lengua abre con experticia los míos.

… A veces este deseo intenso que siento por Richard Welleslley, me juega una mala pasada. Pero que más puedo hacer, si es lo siento. Nunca había conocido un hombre así, y nunca antes… alguno me había besado como él…

Quizá es la calidez del agua o el suave vapor que penetra mi piel. Si a eso le agrego el deseo salvaje que siento por Richard… Que… yo misma… me acaricio…

Pero no son mis manos las que recorren mi cuerpo… son las de Richard, las que me hacen descubrir nuevas sensaciones que nunca antes había sentido…

Un suave gemido se escapa de mi garganta… mientras toco con las yemas de los dedos, mis duros pezones. Me niego a abrir los ojos. Dentro de mi cabeza la imagen de Richard  me calcina con el fuego de sus ojos azules… Sobre mi piel siento su boca, que me recorre entera…

¡Richard!... ¡Richard!... ¡Richard!, repito una y otra vez… un calor placentero y extraño, amenaza con quemarme viva. Mientras en mi mente, una escena de película… veo como  sus labios exploran mi entre pierna…

¡¡Richard!!... De pronto exploto en lágrimas, cuando por última vez repito su nombre, en un grito histérico.

… Lloro sin consuelo… pero este llanto no es de sufrimiento, al contrario… yo más bien diría que es un llanto placentero. Siento como de algún modo, mediante estas lágrimas he podido de alguna forma, sacar afuera, este amor que siento por Richard y que se atora dentro de mi pecho… y que muchas veces siento que me asfixia.

Ahora puedo decir que me siento más aliviada…

Ya mucho más calmada, seco con cuidado mis lágrimas. Creo que ha pasado mucho rato de que estoy aquí, así que decido volver a la mansión. A estas horas, el pequeño George ya se debe estar despertando, para tomar su mamadera de la tarde, y Sir Arthur ya ha de estar preparado para la hora del té. Así que será mejor que vuelva, para atender a esos dos maravillosos hombres que tanto amo… Pero igual siento tristeza, porque el tercero… y al que le dedicaría mi vida entera… no ha vuelto a dar señales de vida.  ¿Acaso será posible que él nunca más vuelva a compartir con nosotros la entretenida hora del té?

… Doy un sobresalto… nunca imaginé que tendría que pasar por esto… Solo me queda resignarme, y pensar que todo lo que me sucede es una broma cruel del destino.

Al abrir los ojos, me encuentro con la más voraz de las miradas. Y con los mismos ojos azules, que me ha quemado viva en mi desvarío… Es Richard que está de pie, como una estatua y me observa desde la orilla del estanque…

¿Cuánto tiempo lleva acá…? No lo puedo decir…  ¿Será posible que haya observado toda la escena… antes de mis lágrimas?

Completamente avergonzada, lo primero que trato de hacer, es cubrir la desnudez de mis pechos, con mis manos.

- … Perdón…nunca pensé… observar… tú… - Me dice con su voz más ronca de lo habitual y sin poder terminar la frase.  Por mi parte no se me ocurre que contestar.

Lo noto turbado, más bien nervioso… También lo siento incómodo. En su rostro se refleja el asombro… pero más allá… en el fondo de sus ojos algo está pasando. Ese fuego furibundo que desapareció después de nuestro viaje a Paris, al parecer se está encendiendo… Y esos ojos azules que son el reflejo de su alma se vuelven a llenar de vida otra vez… Además tengo que admitir, que se ve extremadamente guapo.

 Lleva puesta una remera y un pantalón de baño. Un pequeño gran detalle de pronto capta mi atención… y es lo abultada que se encuentra su entrepierna.

- … No…  te preocupes… - Le respondo nerviosa, mientras trago saliva. Trato de alcanzar una toalla y mi ropa. En el intento y los nervios, arrastro todas las prendas al fondo del estanque. Richard me sigue mirando con la boca abierta. ¿Qué hago ahora?

- ¿Te puedo ayudar en algo? – Me pregunta educado, mirando para otro lado.  Al terminar de hablar, aprieta sus puños y sus labios. Yo muerdo los míos. Siento que la situación es en extremo incómoda.

-… Po… podrías… traer algo para cubrirme… por favor… Richard… - Le digo en tono de súplica. No puedo salir del agua. Estoy completamente desnuda… y él sigue parado ahí… Ahora cuando me vuelve a dirigir la palabra… Sus ojos ya se encuentran completamente en llamas.

- Tendría que volver a la casa… Carolina… y no quiero… - Me contesta en tono seco, mientras se saca su impecable remera. 

Entonces se acerca y me la pasa. Se da media vuelta para que yo pueda salir del agua. Cubro en forma rápida mi cuerpo desnudo con ella.

… Ya más incorporada, intento sacar las prendas mojadas del agua, mis nervios y mi torpeza me juegan una mala pasada. Uno de mis pies resbala y caigo de bruces al interior del estanque.

Richard ante el ruido que hace el chapoteo del agua, se vuelve hacia mí. Ahora una sonrisa burlona se instala en su cara. La vergüenza que sentía hace un rato, se convierte en rabia…

Le adjudico todas mis torpezas y desgracias a Richard. También lo culpo por todo lo que me provoca y hace sentir.

 Además lo encuentro insólito, casi increíble… cómo es posible que después de tantos días ignorándome como si fuera un mueble viejo… ahora se encuentra parado en este lugar, disfrutando de mi mala suerte… Lo sé…  por el brillo que tienen sus ojos, y por esa sonrisa picara suya… que me mata…

- ¿Parece disfrutar mucho del momento… Señor Welleslley…? - Le pregunto enojada. No le voy a perdonar, que haya sido participe de uno de mis momentos de más secreta intimidad y debilidad. Pensar en lo que Richard vió, me hace sentir vulnerable. Entonces me pregunto que estará pensando de mi. Pero la rabia se vuelve hacer presente y me cuestiono.

 ¿Será que ni siquiera puedo tener mi propia intimidad… O es, que acaso he perdido ese derecho al conocer a este hombre?

La respuesta es muy fácil:

… Los derechos de mi intimidad… le pertenecen solo a él…

La respuesta ante mi pregunta hace que me enoje con él,  más todavía.

- … Claro que estoy disfrutando… y si quiero… el placer podría ser…mucho más intenso… Carolina…- Me dice arrastrando las palabras, antes de arrojarse al agua. Abro los ojos muy grandes ante su respuesta arrogante.  Esto hace que me hierva más la sangre. Como es posible que me hable de esa forma…  Si después da vuelta la página y me cambia por Samantha Foxley.

 En estos precisos momentos siento que lo odio.

… Antes que pueda poner un pie fuera del agua, Richard ya se encuentra a mi lado. No puedo cerrar la boca, ante la imagen espectacular que me brinda su cuerpo. Su cabello rubio mojado y despeinado, le dan un aire varonil y jovial… Siento que vuelve a ser ese Richard despreocupado y divertido que tanto me gusta.

Sin decir una palabra me mira a los ojos. En el fondo de ellos, vuelvo a reconocer el reflejo de esa gran llamarada, que amenaza con expandirse hacia afuera, como si fuera un gran incendio, calcinando todo a su alrededor. De pronto una voz racional dentro de mi cabeza, me avisa que puedo estar en peligro.

Intento salir, pero la mano de Richard me sujeta por la espalda. A pesar de la calidez del agua, se me eriza la piel. Me atrae en forma brusca hasta él. De forma automática, mis pezones se erectan al rozar su duro pecho… Y todo vuelve a ser como al principio… antes de que Richard llegara.

Aunque parezca imposible, lucho contra mis propios deseos, y forcejeo para librarme de su abrazo. Sé que no puedo volver a cometer el mismo error de París… más aún si no le he contado la verdad. Le digo que me tengo que ir, ya que Sir Arthur y George me están esperando… Pero él parece no escuchar. Sus brazos me rodean con fuerza y me hacen prisionera de su cuerpo.  Entonces vuelve a hablar en ese tono suyo, tan sensual.

- No te puedo sacar de mi cabeza… Carolina. – Me dice tan apasionado. Que sus palabras aterciopeladas hacen que me vuelva loca. Vuelvo a respirar su aliento… Pensé que después de París, nunca más volvería a pasar por esto. Mi corazón vuelve a la vida, cada latido choca con el duro pecho de Richard.

En mi último atisbo de cordura, le digo que no… pero ya es tarde… Richard se ha apoderado completamente de mi boca…

Creo que este hombre de nuevo vuelve a ser distinto… o quizá es la continuación del hombre demasiado apasionado que conocí dentro del departamento parisino… y cuyos anhelos fueron interrumpidos por una llamada telefónica.

Sus labios y sus manos me queman la piel.

Sé que soy consciente de todo, y al mismo tiempo de nada. Atrapada en su abrazo pierdo la voluntad… De pronto Richard alza mis brazos y con suavidad, como si se tratara de un ritual, saca de mi cuerpo su remera blanca. Se muerde la boca al contemplar mi desnudez…

- ... Eres tan hermosa… me gusta tanto, el contraste de tus ojos ,con el color de tú piel. - Su palabras están recargadas de sensualidad. Al decir esto, acaricia con suavidad mis pechos. Aquí me pierdo… Siento como una descarga eléctrica hace que mi cuerpo se llene de vida, conectando entre si, cada fibra interna de mi ser.

Salto sobre su boca y la muerdo. Mientras él masajea con la punta de sus dedos mis pezones. Todo esto que está sucediendo, es completamente nuevo para mi… Lo mejor de todo, es que, este Richard es real… no como el de mis sueños.

De pronto empiezo a sentir un latido dentro de mis entrañas y la emergente necesidad de que Richard y yo nos convirtamos en un solo cuerpo. Nuestras bocas siguen juntas, mientras nuestras lenguas danzan frenéticas dentro de ellas.

… No puedo parar… algo animal me dice que aún queda mucho más por explorar. Acaricio el cuerpo húmedo de Richard, mientras sus manos expertas acarician mi espalda y mis nalgas… Pero internamente quiero que bajen hasta mis piernas.

Richard me mira a la cara. Tiene los ojos caídos y la boca hinchada. Con un deseo voraz, muerdo su mandíbula perfecta. Al parecer no he sido delicada… y le ha dolido… Entonces su mirada es más profunda, y como castigo muerde uno de mis senos… Entonces con la punta de su lengua acaricia uno de mis pezones…

- ¡Te amo!, ¡Te amo! – Comienzo a gritar en forma irracional.

 -… Yo también te amo… Carolina… - Me dice con voz ronca, mientras se saca su traje de baño.

Como si fuera una pluma, me alza entre sus brazos. Yo abrazo su cintura con mis piernas. Sin dejar de besarme camina hasta la orilla plana del estanque, y deposita mi espalda, sobre una loza de piedra. En forma instintiva, abro mis piernas, para recibirlo a él..

- ¿Estás segura...? - Me pregunta en forma suave, mientra acaricia mi rostro con su dedo pulgar...

Yo cierro mis ojos y le doy una respuesta afirmativa con mi cabeza, mientras siento como Richard se va acomodando sobre mi cuerpo.

… Ya no puedo más… lo único que quiero… es sentir a Richard… dentro mío…

C O N T I N U A R Á…