ROBhistorias de Amor: ´´UNA BELLA HISTORIA´´, Capítulo N°27.

Por: Mixxx

 _ ¿Por qué tiemblas? – Me pregunta con voz suave. Tengo un nudo atorado en la garganta…  no me salen las palabras. Estar abrazada a Richard, sintiendo el calor de su cuerpo, hace que la decisión que acabo de tomar, sea en extremo difícil… Ahora soy demasiado consiente, que estos pueden ser los últimos momentos en que pueda estar junto a él.

- … Porque te amo… y no quiero perderte… - Le contesto muy despacio.

- ¿Puedes repetir las primeras palabras? – En la forma que formula la pregunta, puedo adivinar que lo hace con esa sonrisa suya que tanto me gusta. Sigue con su cabeza apoyada en mi pecho, mientras acaricio su suave cabello.

- … Te amo… más que a nada en el mundo… Richard Welleslley… - Le contesto.

- ¿Más que a nada en el mundo?... ¿No será demasiado? – Cuando me hace estas preguntas, levanta su cabeza y me mira directo a los ojos. Siento muchas ganas de llorar. Es tan injusta esta historia. Todo juega en mi contra, y no encuentro ningún comodín que me pueda ayudar, o por lo menos que logre alargar el tiempo de mi juego.

Siento que el nudo en la garganta, me enmudece aún más… la realidad es que no me atrevo y tampoco quiero contarle la verdad.

He soñado tantas veces con Richard. Desde un comienzo lo vi como un hombre inalcanzable. Con el pasar del tiempo, me di cuenta que estaba enamorada de él, pero mi amor seguía siendo irrealizable…

… Pero ahora que lo tengo entre mis brazos… y mi sueño se ha convertido en realidad… debo renunciar a él… por culpa de esta maldita mentira que me llena de cobardía y no me atrevo a confesar.

¿Qué hago?... Me pregunto una y otra vez.

- ¿Qué sucede Carolina, acaso estás arrepentida de lo que acabas de decir? – Me vuelve a preguntar con esa voz dulcina y pastosa que lo hace ser aún más irresistible para mí.

- … Te amo Richard… y nunca me podría arrepentir de lo que siento… es solo… que tengo miedo… - Le contesto, mientras con mi dedo índice recorro el contorno de su boca.

- ¿Miedo? – Me dice extrañado, arrugando su frente.

- … Miedo del futuro… miedo de que algún te arrepientas de haberte enamorado de mi… miedo de no volver a verte… miedo de la incertidumbre… - Le contesto con tristeza.

Deja de rodearme con sus brazos y en un gesto suave, hace que me siente sobre sus rodillas. Entonces toma con delicadeza mi barbilla. Ahora quedo a su altura, así que puedo ver con más claridad la emoción que emanan sus ojos azules. Están tan tranquilos y transparentes como el mar, en un cálido día de verano.

- … Amor… yo sé que es muy difícil la situación para los dos… En la práctica no sabemos nada de Henry. Si solo tuviéramos un indicio de cuál es su situación real, al menos sabríamos a que atenernos. Pero en estos momentos, lo único verdadero es este amor, que sin quererlo ha surgido entre nosotros.

Hoy más que nunca, estoy seguro de lo que siento… con esto te digo que si Henry aparece vivo, lo primero que haré será contarle la verdad.

… Si hay algo que no tolero es la mentira, por muy blanca y piadosa que sea… Muchas de las personas que me han mentido, las he alejado por completo de mi vida.

Esto que está pasando me ha tenido sin dormir varias noches. Le he dado mil vueltas al asunto. Al final he llegado a la conclusión de que cuando mi primo aparezca. Aparte de alegrarme mucho por su regreso, he de contarle sobre nuestra situación.

Sé,  que al comienzo será incómodo para todos. Pero prefiero esa incomodidad a vivir envuelto en una mentira, que al final puede tener un desenlace no deseado para todos los involucrados, en esta historia.

Henry… mejor que nadie sabe cuál es mi pensamiento y mi forma de actuar. Nunca he sido de ocultar las cosas, me gusta la transparencia y la honradez. Entre Henry y yo jamás hubo mentiras. Así que no pienso ocultar ni a él… ni a nadie, lo que siento por ti.

… Creo que para mí, la situación es mucho más fácil… Yo solo diré mi verdad, esa que nos involucra a ambos. Pero tú, tendrás que lidiar con Henry la custodia del niño. Él es el padre y ante la ley tiene derechos irrenunciables.

… Pero bueno… lo que pase al regreso de mi primo, ya lo veremos. Lo último que te digo, es que no le tengas miedo. Cuando uno como persona, va con la verdad por delante… no le teme a nada… y todo sale bien…

…  Así que señora Carolina, le sugiero que cambie esa cara de preocupación… y mejor me da un beso. – Cuando termina de hablar, lo hace sobre mis labios. Antes de que pueda emitir una sola palabra. acalla mi boca con un fuerte beso… de esos que él sabe dar tan bien… Y que a mí, me gustan demasiado...

Mi corazón late muy fuerte por varios motivos; El primero es por el beso apasionado de Richard, nadie en el mundo se puede imaginar, las sensaciones que este hombre me hace sentir. 

También me siento emocionada, ante la actitud de él. Richard está dispuesto a todo por mi… bueno… por Carolina. A pesar de todo. Esto lo engrandece ante mis ojos… pero también siento mucho miedo.

Esta noche, Richard me ha vuelto a dejar en claro, que cuando sepa mi verdad… saldré definitivamente de su vida…

¿Qué puedo hacer? ¿Dónde está ese comodín que tanto necesito, para no perder rotundamente este juego?

… Prefiero no pensar en nada más. De a poco mi mente se va anestesiando con los deliciosos besos de Richard, que a cada momento se van volviendo más exigentes. Sin darme cuenta, empiezo a responder con la misma intensidad.

Richard es un hombre en extremo pasional. Sentada sobre sus rodillas comienzo a sentir como se endurece y abulta, la parte del cierre de su pantalón. Como si adivinara lo que estoy pensando, toma una de mis piernas y la pasa sobre su cintura. Para quedar más cómoda hago lo mismo con la otra pierna. Entonces quedo sentada a horcajadas sobre él.

 Sus manos vuelan desabrochando los botones de mi blusa. Aunque sigue apegado a mi boca. De pronto siento el suave sonido de un ´´click´´, es el broche del sujetador, que ha sucumbido ante los requerimientos de Richard. Lo siento gemir, cuando su boca baja hasta mis senos y comienza a besar uno a uno los pezones.

Empiezo a respirar con dificultad. Por instinto, me muevo sobre su miembro erecto… Richard me vuelve a mirar… sus parpados ya se han caídos,  y se muerde los labios con fuerza.

La expresión de su rostro hace que me existe aún más. De forma casi animal, echo mi espalda hacia atrás y le exijo a Richard que me muerda. Entonces accede a mis requerimientos, y con sus dientes, presiona uno de mis pechos. De forma involuntaria, se me escapa un grito.

- … Tranquila…- Me dice esbozando una sexy sonrisa. Aprieto mi boca con fuerza, para no volver a emitir algún sonido que nos pueda delatar. Entonces jalo de su cabello, para que incline su cabeza sobre mis senos. Él vuelve a acceder a mis deseos. Es tanto el placer que siento, que mis movimientos sobre el cierre de su pantalón son cada vez, más frenéticos. De pronto levanta su cabeza, cuando vuelve a hablar... quizá peco de inocente... pero las palabras que emite... me toman por sorpresa.

_ … Esta noche quiero dormir contigo… - Me dice con palabras recargadas de pasión.

 Abro muy grande los ojos. Ni siquiera se puede imaginar que daría lo que no tengo, por pasar esta noche y las del resto de mi vida con él. Pero no puedo. Si accedo a sus requerimientos, se dará cuenta que no soy la madre del niño… y eso es demasiado peligroso.

_ ¿Esta noche? Le pregunto.

_ ... No tan solo ésta... también las que se vienen a futuro...- Me vuelve a contestar en ese tono suyo tan apasionado y especial.

_ … ¿Crees que sea lo correcto? – Le digo.

_ ¿Qué es lo correcto… y que no lo es… entre nosotros, Carolina? – Me dice mientras mordisquea el lóbulo de mi oreja. Mientras una de sus manos acaricia la aureola de uno de mis pechos. Richard es tan hombre, y me hace sentir tan vulnerable ante sus caricias. Cierro los ojos y lo vuelvo a besar. Me gusta la sensación que me provoca, cuando mueve su lengua caliente dentro de mi boca.

De nuevo el instinto animal se hace presente entre los dos… Los movimientos de mi cuerpo, sobre los de él, hacen que lo excite aún más. Unos roncos gemidos comienzan a salir de su garganta, cada vez que froto mi entrepierna sobre la bragueta de su pantalón.

_ … Déjame sentirte ahora… - Su voz está tan recargada de deseo, que me estremezco. Baja una de sus manos y con la misma destreza que soltó el broche del sujetador, baja el cierre de mis jeans. 

Pongo los ojos en blanco, cuando introduce sin dificultad, su larga mano entre las bragas y mi piel…

_ … Richard… no… por favor… - Le digo con un hilo de voz.

_ Esto es solo para comenzar… preciosa… lo mejor está por venir… - Me vuelve a decir con esa voz suya tan apasionada.

Sé que lo deseo, pero también me siento tan extraña… es la primera vez… que llego tan lejos con un hombre.

… Mi respiración está demasiado agitada. La mano experta de Richard encuentra lo que está buscando. Sus dedos comienzan a frotar los secretos pliegues de mi intimidad oculta.

Lo que sentí en el estanque, no es nada comparado con esto… Bueno… no puede haber comparación. Esta tarde eran mis torpes manos, mientras en mi mente, imaginaba que se trataba de Richard…

... Ahora… si es él… y su mano es demasiado diestra en estas técnicas… Cuando pensaba en él, y me preguntaba cómo sería a la hora de amar. Ni siquiera se me llegó a pasar por la cabeza, que Richard fuera tan pasional.

_ ¡Te amo!... ¡Te amo Richard!- Son las palabras que sin querer se escapan de mi boca. Siento su mano húmeda, que se mueve frenética, mientras en mi interior algo me dice que estoy a punto de estallar.

_ … Carolina… ya no aguanto más… - Cuando dice esto, unos roncos gemidos se escapan de su garganta, los que trata de acallar sobre mi boca.

Su mano mágica, logra que oleadas de placer golpeen con fuerza las paredes de mi bajo vientre. La sensación es cada vez más intensa. El fuego abrazador de Richard, hace que me queme viva.

_ ¡Te amo! ¡Te amo… mi amor! - Le digo cuando me fulmino entre sus brazos.

_ … Yo también te amo… - Me dice temblando, mientras apoya su frente sudorosa sobre mi cuello.

Las palabras sobran. Nos quedamos en silencio por un largo rato. De a poco la respiración de ambos comienza a volver a la normalidad. Deposito pequeños besos sobre su rubio cabello. Cuando vuelve a levantar la cabeza, se está mordiendo los labios. Siento que está estudiando la expresión de mi cara. Respira profundo antes de volver hablar.

_ … Está decidido… esta noche la paso contigo. – Siento por el tono de sus palabras, que no son una sugerencia. Más bien se han convertido en una orden.

Ya más calmada y con la mente más clara, me doy cuenta que estoy llegando demasiado lejos con Richard. Estoy dando rienda suelta a mis deseos por tanto tiempo reprimidos. Cuando estoy con él, no puedo pensar en forma racional. El día de hoy ha sido un sinfín de nuevas sensaciones para mi… Pero debo comenzar a razonar con la cabeza fría… y con el cuerpo también.

A pesar que Richard demuestra ser un hombre muy frío cuando se lo propone. En su interior es un verdadero volcán a punto de estallar. Si a esto le agregamos lo que piensa de mí. 

Él sabe que soy la mujer que tuvo un apasionado romance con su primo y fruto de esa relación nació un hijo. Lo más seguro, es que como hombre piense que soy bastante experimentada en materia sexual. Con todo lo que ha sucedido hoy entre nosotros, es normal que piense… que voy a aceptar a sus requerimientos…

En estos momentos me sigue quemando con la mirada, mientras espera una respuesta positiva…

_ … Yo… no soy… lo que tú… - Las palabras me salen entrecortadas, cuando por fin me decido a contar la verdad. 

_ ¡QUÉ SIGNIFICA TODO ESTO! –

Richard y yo, giramos nuestras cabezas en dirección hacia la puerta, que es de donde provienen las fuertes palabras.

De pie frente a nosotros, se encuentra la esbelta figura de la hermosa Samantha Foxley. Que nos mira… Diría yo… con más odio, que desconcierto.

C O N T I N U A R Á…