viernes, 2 de octubre de 2015

ROBSTORIAS DE AMOR: ´´UNA BELLA HISTORIA´´, CAPÍTULO N°4

Por: Mix





Llegamos a Londres a las seis y media de la tarde. El tan tradicional té, lo tomamos arriba de avión, acompañado de deliciosos pastelillos. Los que Richard a pesar de su flemática educación, comió con gran esmero. Y que casualidad, un pequeño bocado de  estos pastelillos fue la delicia de mi  sobrino.

Dos horas más nos tardamos desde la ciudad de Londres hasta el condado de  Somerset. Aunque estaba oscureciendo, igual pude ver, las famosas ruinas  dejadas  por los  romanos  cuando habitaron  este lugar. La ciudad de Bath se nota bastante concurrida  por la noche, tiene muchos pub, y músicos que ofrecen su arte al aire libre.

Cruzando el famoso río Avon, empinada sobre una pequeña  colina, se vislumbran las luces de  la  Mansión Welleslley. Como dijo la señora Windsor, la gran casa  es  de estilo giorgiano. Un gran jardín antecede a la  mansión de ladrillos rojizos... Es  mucho más grande de lo que yo imaginaba.

Richard le dice a Victoria que se  quede a dormir en la mansión esta noche, y que mañana la mandará a dejar a su casa. La  señora  Windsor acepta  encantada. Yo me  siento muy incómoda. Richard Welleslley, desde que me habló en el avión, no me ha vuelto a dirigir la palabra... me siento molesta conmigo misma... y no es por el hecho de suplantar a mi hermana... es algo más profundo... pero no lo logro entender.

Si la casa es impresionante por fuera, adentro lo es aún más. Pero  hay algo que me llama la atención.  Pensé que por  dentro sería fría y oscura... al igual que el desagradable y antipático de Richard. Pero una amable criada llamada Sara, nos condujo a una gran sala, pintada en colores  claros y con muebles demasiado modernos. Además una agradable chimenea, hace aún más ameno el lugar. A pesar de estar en primavera, recuerdo que estamos en Inglaterra, y acá el clima es más frío.

Richard le anuncia a Sara que el pequeño George es hijo de Henry... y que yo soy su madre... le pide que acomode  nuestro equipaje en las respectivas habitaciones. Se da media vuelta y desaparece  del lugar. Como siempre Richard Welleslley... al parecer de  su boca solo salen ordenes...

Sara me sonríe con  cariño, y me pide ver al  niño. Yo accedo. Me sorprenden, las lágrimas que corren sobre las mejillas de la  joven.


- Su hijo es igual al joven Henry... señora... bienvenida... - Me dice la  mujer, un tanto  emocionada. Yo solo le sonrió, la verdad, no tengo nada que contestar.

- Carolina, ¿Deseas comer algo antes de retirarte  a tu habitación? - Me pregunta muy amable Victoria. Yo asiento con la cabeza, a pesar del viaje siento hambre. Entonces la señora Windsor le pide a Sara que nos traiga unos deliciosos sandwish. Me  sorprendo ante la petición de la elegante secretaria. Esta actitud de la  señora me  hace sonreír... por primera vez en mucho tiempo. Desde que Richard Welleslley, traspaso nuestra puerta, hace unos días, el tiempo se me ha hecho eterno.

George sigue dormido  en mis brazos, no quiero dejarlo en ningún lugar. Aunque Victoria insiste en que le entregue el niño a Sara para que lo acueste. A mi no me importa comer con el niño en mis  brazos.

Con la señora Windsor, estamos disfrutando de nuestra comida, cuando sentimos unas voces que se aproximan. Al parecer vienen discutiendo... una de ellas es dura... pero aterciopelada...  así que imagino que es la de Richard... me pongo nerviosa, y casi me atoro con el trozo de carne que tengo dentro de mi boca. Por suerte logro recuperarme. Richard y un hombre de más edad entran a la sala.

El anciano se dirige hacia mi con rapidez, pero al  mismo tiempo con dificultad. Richard lo toma del brazo y le pide que no se agite. El hombre maduro hace caso  omiso de la nueva orden que emite su hijo. Este al parecer se incomoda, ante la  actitud de su padre.


Sir Thomás es un anciano... maravilloso. Nos saluda a mi, y sobre todo al niño con mucho cariño.

- Oh my god!!, el  niño es igual a  mi amado Henry... aunque también se parece a ti Richard, cuando tenías esta edad - Exclama el anciano muy emocionado.

- Padre, tienes que volver a tu cama, no has estado bien de salud - Vuelve a ordenar... Richard.

- Quiero conocer al pequeño antes  de volver a la cama. No me digas lo que tengo que hacer. No soy uno de tus empleados, soy tu padre. Además sería de muy mala educación que no les de la  bienvenida a mi nieto y a su hermosa mamá...

... Querida, Henry una vez me contó que eras hermosa... pero nunca imagine que lo fueras tanto... - Me dice Sir Thomás con una sonrisa picarona, mientras besa en forma  muy elegante mi mano. Su bien cuidado  bigote, me produce un poco de picor, así que se  me escapa una risilla nerviosa. Richard se siente incómodo, ante la actitud de su padre. Y vuelve a hablar.


- El médico dijo que no te debías agitar papá, tienes que volver a la cama - Insiste Richard con arrogancia.

- Ese medicucho de cuarta no sabe nada. Estoy aburrido de estar en cama. Además no hay nada mejor para la salud que un buen brandy, y ahora  voy a pedir que me sirvan una copa... A pesar de nuestra pena por Henry, tenemos que celebrar la llegada de su hijo... y de su bella mamá. - Dice Sir Thomás en forma muy ceremoniosa.

- ¡Estás loco papá!, recuerda que tienes que ingerir tú  medicina, antes de  dormir, Así que olvida la idea del  brandy- Habla Richard muy molesto.

- También voy a pedir un brandy para ti, Richard... a ver si te relajas un poco y cambias esa  cara de aburrido. A veces cuando  por casualidad te encuentro  en la casa, te miro, y no se si eres mi hijo, o  uno de esas estatuas antiguas que adornan el jardín - Las palabras  del anciano, me dan mucha risa. Le ha  dado  un golpe en plena cabeza a su serio y estirado hijo.

- Los tiempos no están para celebrar... papá... -  Contesta Richard en tono autoritario y seco. Perdiendo la vista en  la oscuridad del jardín. Por un instante  un extraño silencio  se apodera del lugar. Pero Sir Thomás no se demora nada en romperlo.

- Lo sé Richard y te entiendo... pero a mi edad, y con toda la experiencia que tengo, te digo que la  vida continúa... se abre paso y da zancos extraordinarios... mira, hace unos meses lloramos la perdida de Henry, y ahora nos encontramos  ante la presencia de su  hijo... Yo he sufrido muchas perdidas importantes, Richard... Pero aquí estoy, de pie, para seguir disfrutando  de lo poco que me queda de vida... Y tú deberías seguir mi ejemplo... a veces pienso  que tienes mucha más edad  que yo.
Por esta noche te haré caso Richard, no voy a brindar  con  brandy, pero lo haré con una copa de jugo... ¿Te parece?... - Le dice Sir Thomás  a su hijo, con los ojos muy abiertos en  un tono irrisorio. Richard mira a su padre. Entonces  sonríe, y cuando hace esto, se ilumina  toda la habitación. Esa sonrisa  de  medio lado... paraliza mi corazón.



C O N T I N U A R Á...

14 comentarios:

  1. Que lindo, había olvidado su sonrisa.

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  2. Ya estoy adorando esta historia. Debajo de esa arrogancia, Richard debe ser pura candela.
    Saludos.

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    1. Veremos.... Veremos... Lina.

      ... Me sobo las manos, para ver como reacciona... ;))))))))))))

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  3. Que hermoso. Cuanto estrañaba tanto amor. Besos mi adorada mix. Maria alvarez.

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    1. Yo también extrañaba tanto amooooorrrrr María Alvarez. Por eso volví a escribir.

      ... Lo importante es pasar un rato agradable...

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  4. Ayyy Mix, no paro de suspirar!! Buen trabajo linda!! Besoss!!

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    1. Gracias linda. Sabes que tú opinión es muy importante para mi.Besos!!

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  5. Hermosa historia Mix, al parecer promete. Siempre es grato tener algo para leer.

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  6. Me gusta leer, y me gusta este blog. Felicitacioens.

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    1. Y a mi me gusta escribir... jejeje. ;))))))))))))))))))

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  7. Me mató la sonrisa. Esta lindo el fic.
    Lia.

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    1. Gracias Lía, esa sonrisa nos aniquila. Lástima que en el último tiempo se ha vuelto esquiva.

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