ROBstorias de Amor: ´´UNA BELLA HISTORIA´´ Capítulo N°21.

Por: Mix.

_ ¡Yo amo a Richard! _ Le digo a la mujer entre sollozos...

Al parecer Sofí Lacroix, solidariza con mi llanto, y me abraza con ternura.

_Si amas tanto a Richard como lo demuestran tus lágrimas, te pido que le cuentes la verdad. Aún tienes tiempo. De lo contrario vas a sufrir lo insufrible. Por ahora voy a callar. Pero te voy a dar un plazo. Si no le confiesas  la verdad a Richard en un mes, lo haré yo.

­­ ¿Sabes porqué no voy a decir nada ahora?... Por el gran cariño que le tengo a Arthur y a su hijo. Sé que están pasando por momentos difíciles, debido a la desaparición de Henry, y no quiero agregar otro mal momento a sus vidas.

Arthur me llamó por teléfono hace algunos días, para explicarme que te quería dar una sorpresa. Por el tono  de su voz, me di cuenta que está muy feliz con tú presencia. Me habló maravillas de ti y del pequeño. Lo noté muy recuperado, y se lo hice saber. Arthur me contestó, que todo se debía a los cuidados que tú le brindas. Me confesó que te quiere como si fueras su hija. – Cuando Sofí me cuenta esto, lloro con más pena todavía.

_ Mira Gracia, vamos hacer algo. Ahora te vas a calmar, voy a tomar las medidas de tú cuerpo que necesito. Hemos perdido mucho tiempo y Richard puede llegar en cualquier momento. No quiero que te encuentre en este estado, porque va a sospechar que algo no anda bien… La verdad, no quiero que él sufra… si voy a guardar silencio es por mi ahijado… y también por ti, niña… se nota que no eres una mala persona…

… Además tengo otro motivo.   Este vestido que voy a confeccionar, sé que lo estrenarás en la gala de beneficencia que ha organizado Samantha Foxley, para la fundación Welleslley. Estoy segura que ha planeado todo, para congraciarse con Richard… Pero yo le voy a enseñar lo que es el verdadero arte de la moda… y tú me vas a ayudar… Será como darle una bofetada con guante blanco a esa presuntuosa. Aunque por su comportamiento con Richard, yo le daría unas cuantas con mi propia mano.  - Madame Lacroix, ya no está enojada, se ríe de su propio comentario y ahora me habla en forma cariñosa. Además se nota que Samantha Foxley, no es santo de su devoción.

La mujer me pide, que me saque hasta la ropa interior. Aunque me siento incómoda con la idea, prefiero no contradecirla.

Sofí Lacroix va tomando cada medida de mi anatomía con mucha delicadeza, mientras su secretaria, va anotando todo en una libreta. Ella comenta que tengo un cuerpo muy bonito, pero bastante voluptuoso. Pero dice que es natural en las mujeres látinas.

Completamente desnuda y absorta en toda la conversación que he tenido con Madame Lacroix. No me había percatado, que un par de ojos azules parecen lanzar llamaradas desde la puerta.  Son los hermosos ojos de Richard, que se encuentra observando sigiloso desde la entrada de la oficina. Se nota turbación en su cara… mientras siento que su mirada me quema…

Nerviosa me cubro los senos con mis manos. La secretaria  se ríe ante la situación y Sofí en forma muy cariñosa, le dice a Richard que espere un momento, que ya estamos terminado.

… No puedo decir que me siento incómoda, al contrario. La mirada apasionada de Richard me ha alagado… Además es la primera vez que un hombre me ve completamente desnuda. Y me alegra que ese hombre… sea el apuesto Richard Welleslley.

Mientras me visto, Sofí, me vuelve a pedir en forma muy discreta que le cuente lo más rápido, la verdad a Richard. Que mientras más pronto lo haga, nos evitaremos los malos entendidos y demasiado sufrimiento.

Además me advierte que me cuide de Samantha Foxley… que si ella se entera de la verdad, no va a dudar un momento en contarle todo a Richard… y eso sería fatal. Yo le prometo decidida que hablaré con él, esta misma noche.

La mujer le ordena a la chica que empaquen toda la ropa, zapatos y accesorios que he elegido.

Richard le dice a Madame Lacroix que nos acompañe a almorzar, pero Sofí se niega. Aduce a que tiene varias reuniones y que se ha comprometido para el almuerzo, con unos nuevos diseñadores. También debe dar las instrucciones para que comiencen a confeccionar mi vestido, ya que debe estar listo para la gala de la fundación que será en un par de días. Se compromete a entregar el vestido ella misma. Dice que esta será la excusa perfecta para volver a Inglaterra y visitar a Sir Arthur.

Estoy segura que la verdadera excusa de su visita, es saber si le he contado la verdad a Richard.

La despedida con Madame Lacroix es muy emotiva. Sobre todo entre ella y Richard. Su ahijado le dice que la va a esperar en la Mansión Welleslley, y que la invita al evento de modas de la fundación. Sofi le contesta que por nada del mundo se perderá dicho evento…

Mientras sus ojos se van llenando de lágrimas, que esta vez no se esfuerza por contener. Estoy segura que cuando quede a solas, la hermosa Madame Lacroix, dará rienda suelta a sus emociones, recordando al tío de Richard… el apuesto Anthony Welleslley… el amor de su vida.

… Una vez más me vuelvo a preguntar, si estoy condenada a vivir la vida de soledad de Sofí… solo por ser protagonista de una mentira.  En la que por desgracia estoy demasiado comprometida…

Ya dentro del taxi, que va con rumbo desconocido para mi, por las calles de Paris, vuelvo a escuchar la voz dulce y aterciopelada de Richard.

_ ¿Estuviste llorando ? – Me pregunta muy serio. Prefiero no volver a mentirle y le respondo que si.

_ ¿Recordaste tú visita anterior con Henry? – Me vuelve a preguntar en forma sigilosa.

_ … No es eso… - Le respondo con voz apenas audible. Me mira con cara de interrogación, un par de pequeñas arrugas, se agolpan en su frente.

_ ¿Por qué no me contaste que ya habías estado en París con mi primo, Carolina ? – Me vuelve a preguntar con un tono de voz más serio.

_ Es justo de eso… que te quiero hablar Richard. Pero prefiero que sea en el departamento… - Cuando le doy esta respuesta, mi corazón late desbocado… tengo miedo… Pero creo que esta es la oportunidad para contarle de una vez por todas, la verdad.

_ De acuerdo, esta noche hablaremos de eso. Pero después de ir a cenar. Esta es nuestra última noche en París, así que te voy a llevar a un lugar muy especial. – Me dice con una gran sonrisa. Yo lo miro aturdida. Se ve tan tranquilo… ni si quiera se puede imaginar… la noticia que le voy a dar. Después de esa conversación, no sé cuál será mi destino.

El chofer del taxi, le dice a Richard que hemos llegado al lugar que él le ha indicado. Subo la mirada hasta el cielo, y me encuentro de frente con el icono universal de París ,  la maravillosa Torre Eiffel.

Almorzamos en el elegante restorant Jules Verné,  que se encuentra en el segundo nivel de la famosa torre, mirando desde lo alto  la grandiosa ciudad de París. A pesar de toda esta maravilla, no tengo apetito, y Richard se da cuenta de eso.

_ ¿Qué pasa Carolina? – Me pregunta en forma dulce, mientras acaricia con su dedo pulgar mi mejilla.

… Me siento tan mal. Este Richard es demasiado dulce… Prefería mil veces al hombre frío y arrogante que conocí en un comienzo… Si le contara la verdad no me dolería su desprecio… Pero ahora Richard ha cambiado demasiado. Y me atormenta la idea, de que le puedo causar algún daño con mi mentira.

 … Cuando estuve entre sus brazos en la oficina de Madame Lacroix, me sentí tan cómoda y feliz… que cambiaría todo este lujo que ahora me rodea, solo por volver a sentir el calor de su cuerpo.

Los dedos de Richard recorren mi rostro… la suavidad de su piel, me relaja. Le devuelvo su gesto amable con una sonrisa. Pero no le respondo nada. Me dice que  está preocupando, ya que nunca me había visto tan callada Entonces le comento que la historia de Sofí Lacroix, me ha dejado un poco triste.

Richard levanta sus cejas. Desde su asiento me mira sorprendido.

_ ¿Sofí te confesó su amor por mi tío…? Estoy impresionado. Ella es muy reservada. Y esa historia es su gran secreto que muy pocos conocemos…

 … ¿Pero sabes lo que pasa Carolina?... Tú eres mágica… No existe nadie en el mundo que se pueda resistir a esa forma de ser tuya… Eres tan cálida… Tan hermosa… Tan…

… No entiendo como pasó… pero de pronto siento los firmes y deliciosos labios de Richard sobre mi boca, mientras su mano  entrelaza mis cabellos.

No puedo describir con palabras lo que siento… Cuantas veces soñé con este momento. Richard recorre mi boca con la punta de su lengua…

¡Richard! ¡Richard!, grita mi corazón en cada latido, mientras voy cediendo a su dulce pero demasiado apasionado beso. Sin darme cuenta abro mi boca… y apego aún más mi cabeza a la de él.

Sin darse cuenta, Richard Welleslley, acaba de despertar todos los deseos reprimidos que he sentido por él, desde que lo conocí. Lo que al comienzo comenzó como un leve roce, ahora se ha convertido en un torrente de pasión. Richard y yo nos besamos con desesperación, sin importar que estemos en un lugar público.

_ … Mounsieur et Madame… Prêt votre commande... (Señor y señora... está listo su pedido) – Nos dice un hombre en francés. Es la voz del camarero, que viene a dejar el plato de fondo que Richard a pedido. Solo en este momento volvemos a ser consientes de donde estamos… y lo que estábamos haciendo… Richard un poco turbado le dice al hombre, que nos sirva la comida, mientras tiene la mirada perdida  dentro de mis ojos..

… Aprieto muy fuerte mis labios… como queriendo no dejar escapar el sabor de Richard…

Después de ese primer beso, terminamos de almorzar en silencio. Cada vez que levanto mi cara, me encuentro con la mirada ardiente de Richard… demás está decir… que hasta la última fibra de mi cuerpo se encuentra en llamas.

 Richard me ayuda a levantarme de mi asiento y me pregunta si quiero dar un paseo, o prefiero volver de inmediato  al departamento. Acepto la primera opción… Acá es donde aún más me sorprendo.

Él rodea mi espalda con su brazo y yo, lo cojo por la cintura. Nuestros cuerpos se acoplan, como si fueran piezas de un rompecabezas. Así abrazados como pareja,  mientras un sol primaveral cae sobre nuestras cabezas, caminamos lentamente, mirando las flores que adornan el Palacio de Versalles. A pesar de toda la gente que camina a nuestro alrededor… Somos tan solo Richard y yo… Siento que por ahora, las palabras sobran…

En estos momentos no soy Carolina… es la primera vez que puedo sentir y vivir como Gracia.

Pero como todo lo bueno en la vida se acaba, comienza a caer la tarde y debemos volver al lujoso apartamento que está ubicado en el céntrico distrito número seis. Volvemos a tomar un taxi y a recorrer las calles de Paris, dentro del vehículo, Richard me vuelve a regalar, un ahora tierno beso. El viaje es muy distinto a los anteriores y ojalá no se terminara jamás… Sigo abrazada al cuerpo de Richard, mientras él… de vez en cuando, deposita en actitud tierna, sus labios sobre mi cabeza…

… ¿Será de esta forma como se siente estar en el paraíso… ? Pienso...

Richard tan educado me ayuda a subir las bolsas con todo lo comprado, en la casa de modas

. 

Subimos hasta el último piso en silencio. De vez en cuando nos miramos, y nos sonreímos. 

Ya dentro del departamento Richard y yo, dejamos las bolsas en el suelo… Entonces nos abrazamos y nos volvemos a besar…

El beso del restorant, y todos los que me dio, mientras paseábamos en los Campos Eliseos, no son nada comparado con esto.

Su boca se adueña de la mía… y yo me adueño de la suya… Un beso largo y lleno de pasión, fue el comienzo para esta larga noche…llena de sorpresas...

Mis manos ansiosas recorren su rostro, acaricio su suave cabello. Siento que floto en aire, cuando Richard introduce su lengua dentro de mi boca. El  delicioso hormigueo, que se forma dentro de mi estómago… comienza a bajar peligrosamente hasta mi entrepierna... húmeda.  Me niego a parar, quiero que Richard me siga besando por toda la eternidad… es lo que más deseo… y también  deseo... su cuerpo…

C O N T I N U A R Á…